El pasado día 11 de ete mes de noviembre tuve el placer de asistir a la presentación del magnífico libro que han dedicado Augusto Abello y Ariel Liberman al estudio de Donald Winnicott (Madrid, Ágora Editorial), sin duda uno de los nombres mayores en la historia del psicoanálisis y del psicoanálisis relacional. De la reseña de Roberto Longhi [Clínica e Investigación Relacional, 5 (3): 561-574. [ISSN 1988-2939] ] a esta obre me gustaría extraer el siguiente pensamiento:
Creo que lo más importante que hace a lo liberador de la obra de Winnicott, y que tan bien nos transmite este libro, que nos tranquiliza, es que nos estimula al ejercicio de un arte más que de una técnica y que nos aclara que abordar un proceso psicoterapéuticopsicoanalítico no implica una concepción hermenéutica sino que se entiende como un proceso en que cada paciente tiene sus propios ritmos y necesidades yoicas y elloicas.
Creo que lo más importante que hace a lo liberador de la obra de Winnicott, y que tan bien nos transmite este libro, que nos tranquiliza, es que nos estimula al ejercicio de un arte más que de una técnica y que nos aclara que abordar un proceso psicoterapéuticopsicoanalítico no implica una concepción hermenéutica sino que se entiende como un proceso en que cada paciente tiene sus propios ritmos y necesidades yoicas y elloicas.
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